–¡Ay abrácenme! Estoy triste ¡Terminó Anne!
–Mamá, tranquila. Vení. Ahora podemos mirar Naruto.
–¿Qué es Naruto? ¿Promociona la lectura?
–Sí, obvio. ¡Ahre! No, má. No todo es como vos quisieras. Dale vení. Te va a gustar.
–¡Uh cómics japonés!
–Callada mirá. No empieces con tus comentarios.
–¡Tiene una vincha como la tuya! ¿Es un pollito eso de la
vincha?
–¡No es un pollito! ¡Es una hoja!
–Bueno, perdón. ¿Y qué significa?
–Es de su escuela…
–Yo miraba “Los campeones”. También es como Naruto, tardaban
tres capítulos en dar una patada, otros tres para terminar un salto y cosas
así. Todos tienen los cabellos puntiagudos y los ojos redondos.
–Bueno, má. Dejá nomas. Mirá lo que quieras.
–¡Qué mala onda!
–Se se se, nos vamos a jugar free nomás.
–¿Ese es el del “agachate”, ¡cuidado! Yo te protejo, te
cubro, cuidado, ¿y cosas así?
No más de una hora, eh. Y no le den sus identidades a nadie.
–Tranquila, má. Nadie sabe nada. Después te vamos a enseñar a
jugar AmongAs
–¿WTF Amngou?
–Te va a gustar. Mirá. Te explico. Jugá vos.
–Ah, como una novela policial… está bueno. Y el lila es el
impostor. Voten para que se vaya.
–Tenías razón. Sí, era. Ya lo expulsamos.
–Bueno, ahora los libros… equilibrio. Un poco y un poco.
Mientras, el padre, que estaba escuchando la conversación
comienza a reírse.
–¿De qué te reís Toro?
–De tus hijos y vos. Pelean todo el día y a la noche te
abrazan para consolarte porque terminó tu serie.
–Y vos tranquilo leyendo el diario como si nada, aunque vuela
ropa sucia de sus roperos. ¿Cómo hacés?
–Buscá una vara. No te pongas a gritar como una loca al pedo.
–Ahora no se puede hacer eso. Te denuncian. Te escrachan con
la psicopedagoga. ¿Sabías? ¿Cómo serán los hijos de las psicopedagogas? Todos
buenitos, nunca una mala palabra seguro.
–Sí y leen cuentos, juegan juegos de mesa, familia feliz. Así
me los imagino yo.
–¿Ya está la cena?
–¿Y no la cocinaste? Sinto muito meu amor. Fódase.
–Tomi, pasame el número del delivery que está pegado en la
heladera.
–¡Eso es trampa! Dale, vení. Vos pelá la cebolla que yo voy
hirviendo la acelga. Algo va a salir.
–¿No hay carne?
–Sí, hay. Pero los triglicéridos no nos permiten comerla tanto.
–¿Quién inventó los análisis clínicos y los bioquímicos? Un
vegano, seguro. A mí no me joden.
–Dale, vení, apurate sino vamos a cenar a las 12 otra vez.
Laura Montenegro nació en Campo Grande, después vivió por toda la provincia de Misiones y un tiempo en Buenos Aires. A los 5 años aprendió a leer y se convirtió en su actividad favorita. Es profesora de portugués, estudió Licenciatura en Letras en la UNaM, carrera que dejó inconclusa luego de terminar la cursada de 5to año y una tesis sin presentar sobre prácticas lectoras, literatura infantil y juvenil y medios de comunicación. Participó en diferentes actividades literarias, actualmente, dirige y escribe en la revista digital "Prisma". Le encantan las novelas policiales y todo lo que tenga humor.
Publicaciones:
San e Santo. Dois Antonios ilógicos. Antología Argentina/Brasil. 2014
-“La literatura infantil en zonas vulnerables”en 1º Congreso Internacional de Literatura Infantil. Bs. As. Editorial La Bohemia. 2008
-Una sintética mirada semiótica y gramatical al universo de los booktubers. Revista Aproximação. UNICENTRO. BR
-Fue jurado de concursos internacionales de cuentos en homenaje a Quiroga. (Encuentros de escritores 2018 y 2019)
-Jurado del concurso internacional “Los millennials también escriben sobre amor, locura y muerte".
Eventos/presentaciones: Participó en diversos eventos literarios como ferias de libros, presentaciones de libros y encuentros de escritores.
Redes: Instagram @dossierprisma/ Facebook: @dossierprisma/ Twittter: @dossierprisma/
Página Web www.prismadigital.com.ar
Me ha encantado este texto!! :0)
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