miércoles, 29 de abril de 2020

Algunas cosas de algunos pasados (Fabián H. Medina)


Las zapatillas Pony con luces en la suela

Las pitangas manchando el techo de un viejo Citroën

Las gorras con adornos de chapa en la visera

Tirar fosforitos “Pica-Pau” en el techo del vecino

El aroma que salía de las barras de azufre al partirse

La cerveza de litro a 80 centavos

Agarrar con la bicicleta alguna bajada de la avenida Tacuarí

El olor del transformador quemado del Family

Las canchas de paddle en cada esquina


La inocente sensación de que nunca nada malo nos podía pasar



sábado, 25 de abril de 2020

Kamikaze devaluado

Mientras el odio te corroe,
las flores buscan el sol.
Mientras la venganza te sangra por la nariz,
los árboles exudan oxígeno.

Mientras regurgitás el veneno,
la mariposa se devora a la crisálida.
Mientras una estrella se suicida,
otras tantas revientan por mil.

Mientras la muerte te desafía,
la vida te escupe su revancha.

De nada sirve que lo sigas intentando
kamikaze devaluado.


Roi




lunes, 20 de abril de 2020

Trans-ition

Mística sensación, eclipsada, tortuosa. Contradictorias emociones demasiado reales se superponen ocultando aquello que podría ser revelado.
Situaciones límite transitando lo abismado.
Imágenes atravesadas por un tiempo; mirada compendiosa.
Momentos inconscientes, ideas tomadas, ocurrentes.
Aprendizajes que quizás no dejen huellas.
Distancias reales que molestan; podríamos acercarnos, incluirnos, aunque la vida se vaya intentando subir la cuesta.
Momentos inconscientes, ideas buscando luz acompasadamente.
Muerte inconfundible del ser, trepa o sobrevive la personalidad contradictoria.
Personajes inventados, actuados, sobredimensionados.
Desearía huir, reparar en la ilusión, aquella que alguna vez me atormentó más allá de la euforia.
Momentos imaginarios, traspasados por una realidad que oculta en su accionar objetos no determinados. Referencia indescifrable que comienza a preocupar.
No logró ni por un instante acercarme a la verdad, encontrando en ella objetos inanimados, abstractos, no pronunciados.









lunes, 13 de abril de 2020

Aglomeración


Nada como una ducha relajante. Tuve un día complicado en el laburo: pila de textos a corregir -uno peor que el otro- la mala onda de mi compañero quejándose por sus historias románticas truncadas, la música monótona y superficial de todos los días. A eso se le suman las mañas de mi insomnio y un jefe con un mal día. Pero bueno, ya fue… una buena ducha de agua caliente es la solución.

–¡¡Zorra de mierda, te andás escribiendo con Eduardo!!

El grito quiebra mi pensamiento centrado en la nada.

–Mirá esos mensajes, ¡hija de mil putas!

Son los gritos de un hombre, vienen del edificio vecino, se dirigen a una mujer que solloza…

Apuro mi baño y luego de vestirme, voy a la cocina a prepararme un café.
“¡Uf! Se le vino la noche a la mina” –pienso como para distraer mi mente de lo que había oído.
Mientras reviso mis mensajes de whatsapp, disperso bebo unos tragos de mi café. Al rato, me exaltan nuevamente unos quejidos:
–¡Soltame, soltame, por favooor!

“¡Dios mío! Debe ser la rubia de al lado que se mudó hace unos días…” –pienso anonadado.

–¡Sos una hija de mil putas! ¡Te merecés esto por trola! –espeta agresivamente una voz masculina, mientras acompasa el tumulto un ruido como de cuerpos chocando contra unos muebles.

Corro hacia mi pieza, pego mi oreja a la pared junto a mi cama; da al edificio contiguo, desde ahí voy a poder percibir mejor lo que ocurre. La mujer llora mientras su agresor la insulta horriblemente.
Tomo mi celular, mando un mensaje al grupo del vecindario advirtiendo lo que estaba pasando en aquel edificio… Algo tenemos que hacer…

–¡¡Por favor, bastaaa!! –ruega encarecidamente la mujer entre llantos.
“¡Dios mío! Este hijo de puta la está golpeando brutalmente” –pienso con desesperación.

Miro el whatsapp, nadie contesta mi mensaje en el grupo…
Los violentos forcejeos siguen mientras los gritos crecen de ambos lados: ella suplicándole que pare, él insultándola a más no poder. En menos de un minuto, irrumpe la escena un bramido horroroso de la mujer…


Silencio sepulcral



Unos minutos después oigo una puerta que se abre. Salgo rápidamente. Quiero verle la cara al agresor. ¡Voy a grabarme la cara de ese hijo de puta!
Al rato, hago pie en mi patio y al subir la mirada, veo a una mujer y a un hombre prendiéndose unos puchos en el edificio de al lado.
Luego de una primera seca, ella le dice a él:
–¡Qué lo tiró! ¡Cómo está la serie! ¿Eh?
–¡Naaa! ¡Una cosa de locos! Garrón que haya que esperar una semana para que suban el nuevo capítulo –contesta el hombre.
Ella asiente con la cabeza, luego dibuja una sonrisa en la cara y le dice:
–Apostemos. ¿La mata o no la mata?




Juani PC






viernes, 10 de abril de 2020

Cat-Artico

Cae el rocío y despierta desierta la proyección. Tanta traición afuera representaba de manera exponencial las traiciones que me había perpetuado a lo largo del tiempo. Me traicioné tantas veces en el pasado... Compartir con gente que ya no sentía, escuchar a otros que no me querían bien, desear el contacto cero con gente desquicio. Pero insight. Aprendí que hoy soy mucho más leal a mí misma y por consiguiente con los merecedores.
Salir de cuadro, de escena porque no me hace bien compartir con lo turbina.
La negatividad latente, explícita expone aquella parte en donde poderosamente eclipso vibraciones de pseudos new age. Cansada de namasteadores, ya no espero el final, me voy en el nudo. Aprendí.
Porque a las cuatro -madrugada- no quiero a tu dealer hablándome vía text, diciéndome que estás reventadx.
Si la estrategia era jugar, mis sentimientos no son objeto. Descatectizo todo a mi alrededor, imaginate lo nuestro.
Fue una oportunidad, dos sabemos que no entrego. Y así se termina mi duelo ya hecho, personificaste el exceso que llevás dentro.
Las mialgias no te extrañan, desactivan este invierno. Para vivir otoños cierro tu ojo cíclope, quedate allá con lo siniestro.


martes, 7 de abril de 2020

22 de Diciembre y Santa Catalina


La vieja casona ya no reluce como antes
Los años de esplendor quedaron en el recuerdo
Las paredes con ladrillos a la vista están despintadas
supieron representar belleza y estatus hace 20 años
ahora parecen fuera de tiempo

Sus habitaciones ya no esconden secretos
ni alegrías ni sinsabores
Un viejo farol sobreviviente de los días de gloria
es el testigo privilegiado de las ruinas
En sus gastados vidrios veo el vestíbulo
la madera podrida del balcón
una bolsa de cemento que ya se hizo concreto

El enorme patio está abandonado
Nada queda del verde césped
ese que fue mantel de picnics memorables
y paño de picados eternos
Ahora sólo queda el pasto reseco,
yuyos que crecen desparejos

Una planta de níspero se cuela entre las tejas
esas mismas tejas que seguramente aún guardan
los juguetes que arrojamos en el fin de nuestra infancia
cuando todo era misterio
cuando todo era ilusión

La vieja casona parece triste
El trofeo oxidado de la derrota
El sueño trunco aspiracional
haber saboreado por un momento
ser de una clase a la que uno no pertenece

Siempre pienso en vos cuando paso en frente
¿Te acordarás de las tardes de Family?
¿De las noches de borrachera adolescente
y cassettes de rock nacional?
No sé qué ilusiones tenías
No sé si se cumplieron
Tal vez ni pensás más en esa vieja casona
ni en nada del pasado

En cambio yo siempre pienso en esos días
No logro entender si fueron buenos o malos
Supongo que ya no importa