lunes, 28 de diciembre de 2020

No te olvides (Silvia Barberini)


No te olvides

 de lo que hay que romper,

el silencio 

 y las ansias, la sed, el hambre, el dolor.

 Dolores símbolos, de este pronóstico personal, mío.

 SB-SZ

Esperando que el tiempo no nos sea una pared tan alta

 ni quiebre el grito por sola evocación

 consigo cada imagen, todas

en ese expediente apretado al estómago…

 

               Silencio

Al bastón hecho varita

aire que marca y ríe

 

- sed

 

de cuando no se lee

grito empapado

dolor

para que puntúe las ies

y concilie

          foja, 

   a  plano en curso 

sin dibujo, a  penas 

a líneas sin forma,

bastón

 

- buenas palabras,  en  balance

dónde sólo la pregunta no está

 

Leemos en palabras buenas

la pregunta que no está

incrustada  a  símbolo

de la forma y pro-forma que lo lleva

de iniciales que nos marcan

 

-tememos,

hasta de los humanitos

 

que tiemblan

y enflaquecen la memoria

en letra de imprenta,

pero los expedientes

son tapas

 

- tapas de letra grande

color madera

 

Sin mujer ramo

en banco de espera

sobre doblez

de frío pasillo

 

tapás lo que anda afuera

donde no brota

el contento de hablar

en alegría

ni por

  ni a qué

 

lengua

 

-  sucia lengua, te acusan

 

Ensuciada y tanto

como el  terrón

           que desfiguró el lenguaje

 y  se comió la cara

 

 y te calló

 

 nadez en tierra

 que olvida

 

- olvidada

  arrincona el fraseo

 

círculos repetidos de letras  que contestan,

no cuentan

dicen

y no hablan,

sobre el hambre de persona que habla

 ni artilugio de hambre

en sitio de verdad, disimulado en acertijo…

 

- va el ansia

 

Solo ansia,

de una verdad, o dos,

de debiese haber allí, verdad

 

Porque ha de haber

una vitalidad escapada

del que hincó el agujón

a esos folios numerados

 

un inmediato de aire sin letra

que hable, para sellar el: será…

 

Los expedientes paren sitios

 casi,

vacíos

y en silencio a gritos, cerrados

fuera

perseguimos: justicia. 


Sobre la autora:

Silvia Teresa Barberini nació en Florida, provincia de Buenos Aires, un 18 de junio de 1965. Desde 1993, reside en Eldorado, Misiones.

Al ser consultada acerca de su relación con la literatura, la autora regaló la siguiente apreciación:

"El tipo dice que, si hombre y mujer están juntos, pero solos, sin sociedad, algo así como un Adán y una Eva, no estarían dados a enamorarse y que son los otros los que hacen que se reconozcan a sí mismos el estado de amor, por lo que la Celestina es la sociedad y el resto, ficción.

Y que no sentimos, lo que decimos sentir, si lo escribimos.

Que la verdad es lo que está adentro, y brota, y urde, urde siendo que es tan desconocida como la mujer del cuerpo, la que nos surca… Y que una vez expresada, esa verdad, y la mujer, dejar de ser lo que se sufre o goza, para ser lo dicho.

El tipo es Unamuno. Y la que acompaña en la idea de que la palabra escrita, de solo salida, por más poesía que de cierto tenga, es ficción, soy yo.

Lo que me sigo preguntando es: por qué no puede matarse la ilusión de que la palabra salva.

Entonces si tengo que presentarme digo: soy escritora por elección desde antes de ser la que dice, o comunica, contenida en un medio social donde me llaman poeta, o sociedad donde me ficcionalizo".


Actividades no rentables:

- 1990-93: tallerista de Plaza Once, taller dirigido por Maylida Canoso. Buenos Aires.

- Escritora – Lectora (desde antes).

- 1994: intenta iniciar dictado de taller de escritura en Eldorado, nada, sigue sola hasta que en el 2004 se integra como miembro activo al Grupo DementeAzul.

- 2004: publica en formato artesanal el libro 'I-rrecuperables'.

- 2020: Dictado de talleres literarios en org./ grupo Reviro Textual sobre poesía.


Antologías:

- 2005: El Agua es vida, la vida es como el agua, Segundo Encuentro de Escritores Eldorado.

- 2005: Andresito Guacurarí.

- 2006 Los cuatro elementos.

- 2009: Leyendo Leyendas.


Publicaciones:

- 2009: Libro Folleto, edición artesanal, “Y ahora qué?”

- 2009: Premio Embudo- Letras con   Libro Folleto  “ Y ahora qué?”

- 2010: Libro de Edición  TRAYECTO.DOC Publicado por TH Rocha-Barrios Ediciones. Poesía.

- 2012: Libro de Edición Este andar de rotos en bienvenida Publicado por TH Rocha-Barrios ediciones. Poesía.

- 2013-a la fecha: blog i-rrecuperables: 

http://silviabarberini-irrecuperables.blogspot.com.ar/

- 2020: Familia Pol-acá Poesía. Publicación virtual. La Gueya Literaria.


Impresos sin publicar:

- 2015: Felicitas - Relato

- 2016: Las palabras y los amantes - Poesía

- 2017: La casa del 4 - Relato

            Macha tristeza - Poesía      

- 2018: Al medio del día - Relatos

            Textos para ir perdiendo - Poesía     

-2019: Libro poemas en vivo - Poesía

             Carmen - Prosa

-2020: Peomas-Po - Poesía

          Lengua inquieta - Poesía

 

Y sigue...


Contacto: silviabbarberini@gmail.com

Blog: http://silviabarberini-irrecuperables.blogspot.com.ar/






lunes, 21 de diciembre de 2020

La Hacendosa (Claudia Queiroz)

Algo hay que hacer. Mate, guiso, jugo. Orden, limpieza, barrido, o barrido y limpieza. La masa, la cama, el jardín, los mandados.

Hay que hacer experiencia, memoria, y hacerle honor a la memoria y la experiencia.

El aguante, hay que hacer, patria, historia. Fiesta, quilombo, bochinche, silencio, bardo, penitencia. Hay que hacer. Tiempo, haciendo, y hacer camino y hacerse ilusión.

La tonta, la loca, la mala, la buena, hay que hacerse, la seria. Hacer de cuenta, hacer un nudo. Hacerse dueña, hacer un nido. La tarea, las valijas, el balance, la movida, las paces.

Hay que hacer lazos, vínculos, sacrificios, para no deshacer. Teatro y simulacro, hacer nuestro trabajo y hacerse cargo, sin hacer trampa.

Hay que hacer prevención, trato, pacto, noche, fuego, juramento.

Hay que hacer señas, huella, anuncio, gracia, eco, coro, mérito, marca.

Hay que hacer falta en algún lado y hacerse a un lado cuando no hacemos falta.

Hay que hacer pie, para empezar a hacer, de tripas corazón, hay que hacer, no dejar para mañana lo que se puede hacer hoy y… el amor, no sé, si es, o se hace, no sé, hay que hacerse, la viva, y escribir la letra.


Sobre la autora:
Claudia Agustina Queiroz nació el 24 de octubre de 1960 en Eldorado, Misiones República Argentina, donde reside actualmente. Novelera de pensamiento y obra. Ha publicado cuatro libros, todos con la Editorial Th barrios rocha Ediciones: “Se viene Andrés en el Viento”, novela histórica que relata la épica de Andrés Guacurarí, en 2007; “7 Mujeres”, libro de cuentos publicado en 2010; “San Cayetano y María Azucena”, novela publicada en 2012 y “Filomena” novela corta publicada en 2015.
Además participó como autora en las antologías que el grupo literario Dementeazul de la ciudad de Eldorado, del cual es integrante, junto a la Editorial Th barrios rocha Ediciones, publicó anualmente en ocasión de los Encuentros de Escritores que ha convocado en forma ininterrumpida por más de una década. Sigue en la búsqueda de la palabra.





lunes, 14 de diciembre de 2020

Que haya diálogo... (Laura Montenegro)

–¡Ay abrácenme! Estoy triste ¡Terminó Anne!
Mamá, tranquila. Vení. Ahora podemos mirar Naruto.
¿Qué es Naruto? ¿Promociona la lectura?
Sí, obvio. ¡Ahre! No, má. No todo es como vos quisieras. Dale vení. Te va a gustar.
–¡Uh cómics japonés!
Callada mirá. No empieces con tus comentarios.
–¡Tiene una vincha como la tuya! ¿Es un pollito eso de la vincha?
–¡No es un pollito! ¡Es una hoja!
Bueno, perdón. ¿Y qué significa?
Es de su escuela…
Yo miraba “Los campeones”. También es como Naruto, tardaban tres capítulos en dar una patada, otros tres para terminar un salto y cosas así. Todos tienen los cabellos puntiagudos y los ojos redondos.
Bueno, má. Dejá nomas. Mirá lo que quieras.
–¡Qué mala onda!
Se se se, nos vamos a jugar free nomás.
¿Ese es el del “agachate”, ¡cuidado! Yo te protejo, te cubro, cuidado, ¿y cosas así?
No más de una hora, eh. Y no le den sus identidades a nadie.
Tranquila, má. Nadie sabe nada. Después te vamos a enseñar a jugar AmongAs
–¿WTF Amngou?
Te va a gustar. Mirá. Te explico. Jugá vos.
Ah, como una novela policial… está bueno. Y el lila es el impostor. Voten para que se vaya.
Tenías razón. Sí, era. Ya lo expulsamos.
Bueno, ahora los libros… equilibrio. Un poco y un poco.

Mientras, el padre, que estaba escuchando la conversación comienza a reírse.
¿De qué te reís Toro?
De tus hijos y vos. Pelean todo el día y a la noche te abrazan para consolarte porque terminó tu serie.
Y vos tranquilo leyendo el diario como si nada, aunque vuela ropa sucia de sus roperos. ¿Cómo hacés?
Buscá una vara. No te pongas a gritar como una loca al pedo.
Ahora no se puede hacer eso. Te denuncian. Te escrachan con la psicopedagoga. ¿Sabías? ¿Cómo serán los hijos de las psicopedagogas? Todos buenitos, nunca una mala palabra seguro.
Sí y leen cuentos, juegan juegos de mesa, familia feliz. Así me los imagino yo.
¿Ya está la cena?
¿Y no la cocinaste? Sinto muito meu amor. Fódase.
Tomi, pasame el número del delivery que está pegado en la heladera.
–¡Eso es trampa! Dale, vení. Vos pelá la cebolla que yo voy hirviendo la acelga. Algo va a salir.
¿No hay carne?
Sí, hay. Pero los triglicéridos no nos permiten comerla tanto.
¿Quién inventó los análisis clínicos y los bioquímicos? Un vegano, seguro. A mí no me joden.
Dale, vení, apurate sino vamos a cenar a las 12 otra vez.


Sobre la autora:
Laura Montenegro nació en Campo Grande, después vivió por toda la provincia de Misiones y un tiempo en Buenos Aires. A los 5 años aprendió a leer y se convirtió en su actividad favorita. Es profesora de portugués, estudió Licenciatura en Letras en la UNaM, carrera que dejó inconclusa luego de terminar la cursada de 5to año  y una tesis sin presentar sobre prácticas lectoras, literatura infantil y juvenil y medios de comunicación. Participó en diferentes actividades literarias, actualmente, dirige y escribe en la revista digital "Prisma". Le encantan las novelas policiales y todo lo que tenga humor. 

Publicaciones:
San e Santo. Dois Antonios ilógicos. Antología Argentina/Brasil. 2014
-“La literatura infantil en zonas vulnerables”en 1º Congreso Internacional de Literatura Infantil. Bs. As. Editorial La Bohemia. 2008
-Una sintética mirada semiótica y gramatical al universo de los booktubers. Revista Aproximação. UNICENTRO. BR
-Fue jurado de concursos internacionales de cuentos en homenaje a Quiroga. (Encuentros de escritores 2018 y 2019)
-Jurado del concurso internacional “Los millennials también escriben sobre amor, locura y muerte". 

Eventos/presentaciones: Participó en diversos eventos literarios como ferias de libros, presentaciones  de libros y encuentros de escritores. 
Redes: Instagram @dossierprisma/  Facebook: @dossierprisma/ Twittter: @dossierprisma/
Página Web www.prismadigital.com.ar

lunes, 7 de diciembre de 2020

Egypt Station (Juan Ignacio Pérez Campos)

 I'm looking through you, where did you go

I thought I knew you, what did I know

Suena esta simpática canción otra vez. La alarma interrumpe mi sueño y me indica que tengo que activar una mañana más. Bueno, en realidad ya está anocheciendo… La imposibilidad de salir alimenta mi vicio de noctámbulo empedernido. Con un ojo aún dormido y el otro ya activo, manoteo el aparato y luego reviso el mensaje que me llegó al Whatssap. Es Ídem: Iso, es la única foto que te pude conseguir.

Una calle oscura con iluminación paupérrima. Un auto escarlata del siglo pasado estacionado en una acera. Una pierna emergiendo del vehículo y haciendo pie en la vereda. Todo esto difuminado por la calidad de una lente fotográfica en movimiento. Si Ídem pretendía aportarme claridad con una foto así, su intento ha sido más que vano…

Mi nombre es Juan de Dios Isóscele; mi profesión, detective privado. Resido en una callejuela del barrio de los Atajamales. Y a pesar de la naturaleza noble de mi profesión, tampoco tengo permitido salir a hacer calle en estas épocas de cuarentena absoluta. Ídem es el oficial aliado mío que mata sus horas patrullando la ciudad, ahora totalmente vacía. Justamente esa es su misión en estos tiempos: controlar que nadie quiebre la orden de estricto confinamiento hogareño, ni siquiera yo: No soy yo el que te castiga Iso, es la ley; vos sabés cómo es, jugás para el mismo equipo que yo…

Abandono mi cama de una buena vez. Me predispongo a comenzar mi tarde-noche. Abro mi notebook y lleno mi taza con los cereales para mi desayuno tardío; sí, esos de la caja con el pajarito de pico de colores. Estoy tras un caso de contrabando ilegal de cigarrillos. Las fronteras están cerradas y el desabastecimiento se está haciendo sentir con crueldad. Pero mi trabajo no consiste en hacer caso a los sentimentalismos de la abstinencia. Yo fumo para el lado de la rectitud.

Cuando me apresto a iniciar mi actividad, la luz se corta. Otro apagón más y van… Quedo completamente a oscuras; únicamente el destello de las pantallas de la computadora y del celular me iluminan. Ni siquiera puedo contestar el mensaje de Ídem, la conexión de internet no funciona sin energía eléctrica…

Para no interrumpir mi labor, y para matar el aburrimiento, amplío la foto que Ídem me había enviado. Luego de revisarla varias veces, noto que quien está descendiendo del auto lleva puestas unas medias grises con el logo de Brasil 2014 que me resultan familiares. ¿Dónde las vi antes?

Viene a mi mente entonces un vago recuerdo. Un local, una botella de vino, una reunión de aficionados a la enología, un vendedor que se expresaba como el mejor de los sommeliers; mis ojos desviando la atención, apuntando hacia el piso y notando las medias en cuestión. Ya está, ya recuerdo, puedo ponerle rostro a quien las portaba: el Dogo Godoy.

¿Acaso existe alguna probabilidad de que mi proveedor de buen vino se exponga a la venta de cigarrillos transfronterizos?

No voy a quedarme con la duda. Ante la imposibilidad de rastrear información alguna por las redes (sí, tengo varios perfiles falsos de Facebook e Instagram que más de una vez me han brindado pistas fundamentales), me aventuro hacia las calles.

Me instalo en la esquina del local de El Dogo. A medida que voy acercándome, escucho murmullos que provienen de su interior. Por la avenida que corta la callecita, veo pasar una patrulla a gran velocidad. En ese instante, caigo en cuenta de que estamos en cuarentena y que al encontrarme deambulando soy carne de cañón. No voy a exponerme a que me suceda algo. Yo juego para la justicia, no soy yo quien debe estar tras las rejas…

Decido entonces llamar a la seccional haciéndome pasar por un vecino indignado y denunciar a la gente del local por ruidos molestos y música fuerte, además del delito de reunirse durante época de pandemia.

Arriba el patrullero al lugar, con Ídem a la cabeza, y luego de tocar la puerta varias veces sin éxito, los agentes policiales irrumpen en el local. Yo, escondido detrás de un árbol, observo cómo del interior del recinto salen los policías con un grupejo de personas, entre ellas El Dogo Godoy. Al rato, sale Ídem con varias gruesas de cigarrillos de origen brasilero. Al renombrado sommelier y a sus cómplices les aguarda una buena estadía en la cárcel por tráfico de cigarrillos.

La jornada ha sido productiva y me ha servido como buena excusa para romper con la monotonía de días de encierro hogareño. Más allá de las tensiones que causa el hecho de circular por vía pública a merced de policías que no van a oír razones, me puedo retirar con la hermosa sensación del deber cumplido y la conciencia de que algo ha quedado bien claro para todos: La justicia sólo fuma nacionales.

Soy Juan de Dios Isóscele, detective privado del barrio de los Atajamales. Regreso a mi casa antes de que la patrulla me vea…