Entonces no sé discernir bien,
si es que sueño o
si es que ando sonámbulo debajo
de un gran círculo azul,
o si soy un pequeño punto negro
en los celestes ojos de Maggie Smith.
Hoy no sé si estoy encerrado,
si vuelvo
o si voy,
caminando aceras, o veredas,
o picadas en medio de un yerbal;
qué es lo que soy.
Me duelen las miradas que no hice,
las palabras dichas sin pensar,
pero no sé si salieron de mi boca.
No tengo bien en claro
si soy una canilla
mal cerrada,
que gotea su alma poco a poco
esperando la factura impagable.
¿Acaso soy sólo un trazo rojo en los labios
de Maggie Smith?
Capaz que soy un pitogüé
que para su vuelo en el tendal de la
vecina,
anunciando las buenas nuevas
y es ahuyentado con una ojota voladora.
A veces pienso que soy
un arcano,
de alguna carta tirada sin ganas,
que me dice que soy lo que en realidad
no soy.
En una de esas mañanas me despierto
peinado,
como escena de cine
y lleno de cosas por hacer como cualquier
otro villano,
con el rulo en la frente,
con el queso en el ojo,
con la ojera oscura,
con las arrugas tiernas como si fuera el
rostro de Maggie Smith.
Yo creo que,
si es que hay un yo en mí,
que mañana el mundo será mejor sin tanto
yo,
con más rayones que son leídos por ahí:
en la puerta de un bar
en la esquina de un boxeador
en el libro de un ermitaño
en la pared de un baño
en los zumbidos de una mosca
en el paso de un tornado
en lo profundo de un pozo,
en la mordida de un perro,
o quizás también en las pisadas de Maggie
Smith.
Mañana me voy a levantar temprano,
conociendo la consigna del día y
maniobrando una nueva identidad,
tratando de no comerme vivo cuando me vea
en el espejo
y vea que no soy yo el que está ahí,
tratando de hacer las pases con el pibe que
está ahí,
aunque eso no fuera algo escrito en un
libreto para Maggie Smith.
Me voy a mirar fijamente al espejo para ver
si cambio algo,
si me transformo en gato
o si soy sólo un sonámbulo tocando la
puerta
a la madrugada,
queriendo entrar, o salir, de ese sueño.
Capaz que el dibujo en la carta no miente,
y soy un tipo muy de los adentros,
de esos adentros que a nadie le gusta
abrir.
Ojalá que no sea necesario salir a
buscarme,
porque me cuesta pensar cómo
voy a salir de ese espejo, cómo
voy a salir de este sueño, cómo
voy a salir desde la carta que está mal
tirada,
y que dibuja un viejo cerca de morir,
con la mirada profunda
como la que tiene Maggie Smith.
Mañana,
será mañana,
cuando remonte un barrilete para ver si
puedo pinchar el cielo,
para que caigan las gotas de ambrosía
sobre el pueblo,
ver si es cierto que el cielo tiene el
sabor
del tiempo.
Mañana podría ser el día,
en que dibuje en el vidrio empañado
los bigotes que no me crecen
y los bostezos que no son ciertos,
porque están
en el viejo de la carta,
en el sueño,
en el espejo,
y la mirada de mentira para cumplir
la consigna, en las palabras
que voy sumando
como si fuera dinero,
en los bolsillos de Maggie Smith.
Ojalá que el diario del lunes
me traiga
un mejor horóscopo,
con un crucigrama difícil de resolver
y un póster de la banda
que quizás me gusta escuchar.
Ojalá sea cierto que
cada semana uno se resetea
y sabe con certeza en qué lugar está
parado.
Quién sabe,
en una de esas mañanas me despierto
dentro de un cuerpo que ya no es
este que se pudre,
y puedo agitar los brazos, convocando
el patronum de Maggie Smith,
y con ello la gloria de saber que puedo ser
quien quiera ser,
le guste o no al jodido espejo.
Sobre el autor
Marcos "Parche" Pereyra tiene 30 años, es oriundo de Jardín América (Misiones), se desempeña como Profesor en Letras. Actualmente no posee publicaciones. Ha participado del 2° Mundial de Escritura, evento realizado de manera virtual, en el cual resultó semifinalista.
En cuanto a su recorrido literario, Marcos nos comenta que éste está bastante manchado: "No siempre leo de forma premeditada, a veces sólo me encuentro con textos literarios y otros no tanto. No puedo decir que tenga un autor de cabecera o algún género predilecto. En mi casa tengo clásicos que ayudan a sostener a los otros libros más pequeños en la repisa y algunos libritos artesanales con boletos de colectivo entremedio. Algunos libros que leí se transformaron en maquetas hechas con cajitas de cigarrillos. Me gusta leer teatro, poesía de forma casual y textos narrativos cuando viajo".
Quién sabe,
ResponderEliminaren una de esas mañanas me despierto
dentro de un cuerpo que ya no es
este que se pudre....
Muy bueno, no la ubicaba por su nombre a Maggie Smith -googleada-
me encantó ♥
caíste en los ojos de la Maggie
EliminarEsa forma tan serpenteante de bucear para los adentros del ser. Ese abanico de posibilidades que se abre con palabras que se sorprenden de frente en cerradas curvas. Ese oleaje de fuerzas superpuestas en una sola persona, tratando de ser fiel, aun sabiendo que no lo es. Bello paisaje interior Marcos. 👏🏾
ResponderEliminarGracias por el diálogo poético!
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