lunes, 13 de abril de 2020

Aglomeración


Nada como una ducha relajante. Tuve un día complicado en el laburo: pila de textos a corregir -uno peor que el otro- la mala onda de mi compañero quejándose por sus historias románticas truncadas, la música monótona y superficial de todos los días. A eso se le suman las mañas de mi insomnio y un jefe con un mal día. Pero bueno, ya fue… una buena ducha de agua caliente es la solución.

–¡¡Zorra de mierda, te andás escribiendo con Eduardo!!

El grito quiebra mi pensamiento centrado en la nada.

–Mirá esos mensajes, ¡hija de mil putas!

Son los gritos de un hombre, vienen del edificio vecino, se dirigen a una mujer que solloza…

Apuro mi baño y luego de vestirme, voy a la cocina a prepararme un café.
“¡Uf! Se le vino la noche a la mina” –pienso como para distraer mi mente de lo que había oído.
Mientras reviso mis mensajes de whatsapp, disperso bebo unos tragos de mi café. Al rato, me exaltan nuevamente unos quejidos:
–¡Soltame, soltame, por favooor!

“¡Dios mío! Debe ser la rubia de al lado que se mudó hace unos días…” –pienso anonadado.

–¡Sos una hija de mil putas! ¡Te merecés esto por trola! –espeta agresivamente una voz masculina, mientras acompasa el tumulto un ruido como de cuerpos chocando contra unos muebles.

Corro hacia mi pieza, pego mi oreja a la pared junto a mi cama; da al edificio contiguo, desde ahí voy a poder percibir mejor lo que ocurre. La mujer llora mientras su agresor la insulta horriblemente.
Tomo mi celular, mando un mensaje al grupo del vecindario advirtiendo lo que estaba pasando en aquel edificio… Algo tenemos que hacer…

–¡¡Por favor, bastaaa!! –ruega encarecidamente la mujer entre llantos.
“¡Dios mío! Este hijo de puta la está golpeando brutalmente” –pienso con desesperación.

Miro el whatsapp, nadie contesta mi mensaje en el grupo…
Los violentos forcejeos siguen mientras los gritos crecen de ambos lados: ella suplicándole que pare, él insultándola a más no poder. En menos de un minuto, irrumpe la escena un bramido horroroso de la mujer…


Silencio sepulcral



Unos minutos después oigo una puerta que se abre. Salgo rápidamente. Quiero verle la cara al agresor. ¡Voy a grabarme la cara de ese hijo de puta!
Al rato, hago pie en mi patio y al subir la mirada, veo a una mujer y a un hombre prendiéndose unos puchos en el edificio de al lado.
Luego de una primera seca, ella le dice a él:
–¡Qué lo tiró! ¡Cómo está la serie! ¿Eh?
–¡Naaa! ¡Una cosa de locos! Garrón que haya que esperar una semana para que suban el nuevo capítulo –contesta el hombre.
Ella asiente con la cabeza, luego dibuja una sonrisa en la cara y le dice:
–Apostemos. ¿La mata o no la mata?




Juani PC






2 comentarios:

  1. La comedia de las equivocaciones versión siglo XXI. :0)

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  2. Jjajjajjajjajja genio del alma"!!! Como caí en esa hermosa y paralizante historia de suspenso !!!...

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